La luz de la Vida.

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Ra: Dios Egipcio del Sol, Cielo y origen de la vida.

A través de la historia, la fascinación humana por la luz ha inspirado el arte, la religión y la ciencia. Durante generaciones, hemos querido comprender los misterios de la luz y no es casualidad que en un inicio, todas las culturas que han poblado el planeta Tierra han adorado al dios Sol como creador y protector de la vida. Tampoco es fortuito el hecho de que por siglos se ha construido una antigua relación de la luz con »lo bueno» y la oscuridad con »lo malo», entendible mediante el hecho de que somos animales diurnos acogidos a la seguridad y sustento que trae el Sol durante el día…Está en nuestras venas, maravillarnos por la luz.

Como naturalista, cada vez que salgo a explorar durante la noche se me viene a la cabeza el recuerdo cuando de niño, pasaba horas entretenido con las luciérnagas que aparecían al inicio de la época de lluvias, atrapándolas en frascos de vidrio y llevándolas a un cuarto oscuro para ver mejor sus »pancitas» verdes y luego liberarlas. Hoy en día, mi curiosidad por este fenómeno no es menor y para mi satisfacción he tenido la oportunidad de presenciar diferentes grupos de hongos brillando sobre troncos de árboles, varios artrópodos emitiendo luz cian, verde o anaranjada, así como de maravillarme viendo el mar repleto de microorganismos acuáticos iluminándolo de un brillante color azul-verdozo… Todo gracias a la emisión de luz por parte de organismos vivos pero, ¿Cómo es que ocurre esto?

A pesar de ser un fenómeno que muchos hemos observado, la emisión de luz por seres vivos sigue siendo un tema relativamente poco estudiado pero con implicaciones enormes en diferentes areas de la biológia, biotecnología, medicina, etc. Esta se puede dividir en 2 tipos: a) Fotoluminiscencia (que incluye a la Fosforescencia y Fluorescencia) y b) Bioluminiscencia.

En términos generales la Fotoluminiscencia se debe a la presencia de moléculas que absorben la luz a una longitud de onda específica y la emiten a una longitud de onda mayor (o dicho de otro modo, absorben luz de un color y la emiten de otro color). Existen variados ejemplos facinantes de fluorescencia como:

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Escorpión bajo luz UV. Costa Rica.

Escorpiones: Uno de los ejemplos más famosos de animales flourescentes. Estos arácnidos emiten una fluorescencia color cian cuando se iluminan con luz UV. Un hecho interesante es que la intensidad de la fluorescencia aumenta con la edad del escorpión, por lo que al inicio la fluorescencia es muy débil y la van desarrollando más claramente generalmente después de la tercera muda (Recordemos que todos los artrópodos tienen que mudar su exoesqueleto). ¡Incluso los fósiles de escorpiones que se han encontrado todavía mantienen fluorescencia!

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Ala de A. ridgwayi bajo luz UV. Fotografia por Pablo Siles de Proyecto Lechucita Parda, Costa Rica

Aves: Las aves son un caso un poco menos conocido por varias personas sin embargo, son muchas familias de pájaros con partes de sus cuerpos luminiscentes. El particular pico del Fratercula arctica si ya era una hecho que nos sorpredía con su forma y colores, recientemente se ha encontrado que las bandas amarillas de su pico son luminiscentes ante la luz UV. De misma manera ocurre en el plumaje de lechuzas como Aegolius ridgwayi en el que se ha encontrado fluorescencia de color rosado intenso bajo luz UV en la plumas en la parte anterior de las alas producto de la presencia de proteínas llamadas Porfirinas, lo que está siendo utilizado por científicos para estimar de manera precisa la edad de individuos y entre otras cosas, su relación con la ecología e historia natural de esta especie.

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Boana rufitela en Tortuguero, Costa Rica. Fotografía por Jose Pablo Castillo.

Anfibios: Recientemente encontré un artículo científico que habla que una de mis ranas favoritas, Boana (Hypsiboas) rufitela también es fluorescente ante luz UV, una característica que comparte con su pariente Suramericana Hypsiboas punctata (primer anfibio encontrado por la ciencia con esta característica)

¡Otros ejemplos muy interesantes de fotoluminiscencia incluyen a varias especies de corales, crustáceos, peces, hongos, hasta la amenazada la Tortuga Carey (Eretmochelys imbricata)!

Por otro lado, la bioluminiscencia, consiste en la capacidad que tienen ciertos organismos de producción de luz mediante la transformación de energía química a lumínica, por lo que a diferencia del primer caso, esta no depende de la previa absorción de luz. Esta reacción química se da gracias a que estos organismos presentan sustancias llamadas Luciferinas que por acción de enzimas conocidas como Luciferasas, se oxidan. ¡Gracias a esta oxidación se produce energía en forma de luz! Algo interesantísimo sobre la bioluminiscencia es que existe una gran variabilidad en la estructura de los componentes (luciferina y luciferasa) y en las características de la reacción en los diversos organismos, lo que sugiere que existen diferentes orígenes evolutivos para este fenómeno. El único común denominador en todos los seres bioluminiscentes es que ocupan oxígeno como ingrediente imprescindible para que suceda esta reacción.

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Phengonidae bioluminiscente. Imagen tomada de https://metalgalamoth.wordpress.com/

Hace unas semanas me encontraba en Monteverde en un tour nocturno con un grupo de estudiantes. Durante la caminata, logramos observar una gran cantidad de organismos incluyendo una especie nueva de anfibio para mi, la amenazada Duellmanohyla uranochroa una especie que solía ser relativameante común pero que después de la década de 1980 ha sufrido severos declines en su poblaciones. Si ya con estas ranas estabamos super realizados, además logramos encontrar unos hongos con luminiscia verde (desconozco su nombre aún) creciendo al envés de algunas hojas en descomposición. Como es de esperar, estos hongos nos tuvieron entretenidos por vario rato hasta el momento en el noté que además del color verde, ¡habían 2 luces rojizas moviéndose en el suelo! Se trataba de una larva o hembra de un escarabajo de la familia Phengodidae, una familia de insectos solo presente en América y especialmente diversas en el trópico.

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Bioluminiscencia en el mar gracias a Bacterias y dinoflagerados. Imagen tomada de https://www.ucr.ac.cr/noticias/2018/05/23/bioluminiscencia-la-reaccion-quimica-que-ilumina-las-aguas.html

Pasando de las montañas al mar, la bioluminiscencia es encontrada por muchos organismos marinos: Algas, bacterias, medusas, crustáceos, estrellas de mar, tiburones, peces y ¡muchos más! Por ejemplo, solo de peces la ciencia conoce unas 1500 especies con esta característica. ¡Además, se han conocido animales con la capacidad de atrapar microorganismos bioluminicentes en estructuras especializadas para ganar la habilidad de iluminar!

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Ciudades al noreste de EEUU y Aurora borealis al fondo. Imagen tomada dehttps://earthobservatory.nasa.gov/images/76201/midwestern-usa-at-night-with-aurora-borealis

Los humanos a nuestra manera, también hemos desarrollado la capacidad de producir luz de otras maneras, y ese ancestral sentimiento de comodidad ante la luz nos ha llevado a contaminar enormemente el planeta con luz artificial, creando enormes ciudades «que no duermen» y grandes acentamientos en sitios críticos afectando ciclos naturales importantes de muchos seres vivos con el que compartimos este planeta… por lo que: ¿Por que no apagar la luz más a menudo, abrir bien los ojos y permitirnos redescubrir las maravillas escondidas tras la oscuridad?

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Lluvia

Llegó mayo y con él llega la lluvia

¡Los Yigüirros ya lo estaban avisando!

 

Las primeras gotas caen,

en el dosel ritmando.

Y decenas de animales les siguen

en coro vocalizando

 

Cierro los ojos, abro mi mente

Oigo agua fría caer sobre tierra caliente

El impacto libera geosmina al ambiente

Y da ese olor a tierra mojada que tanto aviva el corazón de la gente.

 

¡Y hay más!

 

Escucho goteos, pero no son de agua

¿Serán los zorzales pintados?

Del norte hace tiempo escapados.

Viajando de vuelta a un lugar iluminado

por la primavera que también ha regresado.

 

Y tomo mi berimbau

Y canto a la naturaleza:

¿Cómo no estár feliz en medio de tanta belleza?

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Clay-colored Thrush (Turdus grayi)

Zorzal de Swainson (Catharus ustulatus). Fotografía por Joseph Higbee. Tomada de https://flic.kr/p/MhbPGk

¡Conozcamos Nuestras Abejas! Parte 1: Abejas de las Orquídeas

¡Hola y feliz año 2019 a todas y todos!

Recientemente por medio de las redes sociales y medios de comunicación, he encontrado un buen número de posts, campañas e imágenes relacionadas a »la gran importancia de la conservación de las abejas a nivel mundial». Y claro, ya es hora de que tomemos acciones urgentes y concisas en relación a la protección de estos y otros miles de valiosos polinizadores de plantas silvestres y domésticas de las que depende la población humana. Sin embargo, me llama la atención la poca información de fácil lectura que se comparte con el objetivo de conocer a los diferentes grupos de abejas nativas existentes en nuestra región, su ecología, historia natural y por supuesto su estrecha relación positiva con los seres humanos; haciendo creer al público general que la única especie de abeja »importante» es la famosa abeja de la miel (Apis mellifera), que dicho sea de paso no es una especie nativa del continente americano.

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Panal de Apis mellifera. La abeja más popular pero, ¿la más importante?

Además, muchas veces me he topado con comentarios que relacionan a las abejas solamente a sus grandes panales y a las dolorosas y potencialmente peligrosas (especialmente para los alérgicos) picaduras. Una vez más recordándome la enorme necesidad de difundir información sobre la gran diversidad de grupos de abejas que existen en nuestra región, muchas de ellas completamente inofensivas para los seres humanos y TODAS imprescindibles para la permanencia de ecosistemas saludables.

En ese sentido, he comenzado a escribir una serie de artículos educativos denominados »Conozcamos Nuestras Abejas» en los cuales compartiré información interesante relacionada a lo que se conoce de los diferentes grupos de estos extraordinarios animales, buscando mejorar nuestro entendimiento sobre ellos e inspirar a que nos involucremos activamente con su conservación.

Así que sin más preámbulo, ¡a aprender!

Las Abejas de Orquídeas

No puedo imaginar una mejor manera de comenzar esta serie que con un fascinante grupo de abejas neotropicales que ha cautivado a cientos de naturalistas por siglos, y a continuación descritas de manera poética y anhelante por el famoso biólogo Daniel H. Janzen:

»Destellos luminosos verdes y azules que aparecen como por encanto, se detienen en el aire, te miran a los ojos y luego se devanecen en el lejano horizonte. Laboriosas criaturas que encuentras en el resbaloso trillo de un bosque lluvioso, enfundadas en sus peludos abriguitos, negro, amarillo y rojo, recogiendo barro colorado (…) Tontuelas criaturas que tropiezan unas con otras en su afán por entrar, acariciar y regodearse en los verdes, amarillos, blancos y rosados de esa orquídea en el árbol que vemos por la ventana de atrás.» 

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Euglossa igniventris. Fotografía de Alejandro Santillana. Tomada de https://flic.kr/p/Yxru7T

Las abejas de orquídeas o abejas Euglossinas son un grupo muy especial encontrado solamente en el continente americano desde México hasta el norte de Argentina siendo especialmente diversas en los bosques tropicales. Los científicos han reconocido cerca de 200 especies  divididas en 5 géneros (Aglae, Eufriesea, Euglossa, Eulaema, Exaerete), ¡sorprendentemente Costa Rica y Panamá albergan alrededor de un tercio de todas ellas!

Este grupo de abejas presenta variadas formas y colores que van desde el negro con amarillo, hasta una amalgama de colores verde, azul, amarillo y rojo metálico.  A diferencia de otras abejas relacionadas (como las Mariolas, Abejas de Miel o los Abejorros (Bombus)), las euglosinas tienen un estilo de vida generalmente solitario, o sea no tienen reina, no producen miel, no comparten alimento en un nido común y no tienen guardianes a la entrada de los nidos, por lo que no se les considera agresivas.

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Euglossa sp en orquídea Mormosa sp. Fotografía por: Daniel Mclaren. Tomada de grupo Artrópodos de Costa Rica en Facebook.

Además, a pesar de que estas abejas aprovechan el néctar, pólen y resinas de muchas plantas como lo hacen otros tipos de abejas, lo que principalmente diferencia a los euglosinos es el hecho de que los machos también colectan compuestos aromáticos principalmente de las flores de Orquídeas. La gran mayoría de las especies de euglosinas han demostrado tener preferencia por un determinado grupo  de orquídeas o en algunos casos por una sola especie de orquídea, ¡convirtiéndolas en animales cruciales en la polinización de esta gran familia de plantas!

 

Sumado a esto, a pesar de que los machos de las abejas euglosina son los únicos polinizadores de varias orquídeas, también visitan y extraen fragancias de otras plantas con flores perfumadas como las de la familia del Anturio (Araceae) y las Violetas (Gesneriaceae),  y son importantes polinizadores de muchas otras familias de plantas como Maranthaceae, Bignoneaceae, Bixaceae, Apocynaceae, Fabaceae, entre otras. (Recomiendo ver el siguiente video: https://flic.kr/p/MZLTkc)

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Eufriesea sp. Fotografía por Andreas Kay. Tomada de https://flic.kr/p/WFThd9

A pesar de que aún no se sabe con certeza para qué utilizan estas fragancias los machos, varios científicos piensan que estas juegan un papel importante a nivel reproductivo, donde los machos que hayan colectado más fragancias podrían ser más atractivos para las hembras, puesto que podrían demostrar su longevidad, su habilidad de forrajeo y conveniencia como pareja… Sean para crear una »pósima del amor» o para “algo más”, estas fragancias determinan una intrincada relación planta-animal con una importancia vital en la reproducción de más de 600 especies de orquídeas y la historia de vida de la abeja.

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Eulaema sp. Libando néctar de Heliconia.  Notar sus patas posteriores llenas de material para nido. Fotografía por Jose Pablo Castillo.

Por otro lado, las hembras de la mayoría de especies pasan su vida viajando desde y hacia los nidos (no panales), los cuales construyen con diferentes materiales como resinas que obtienen de ciertas flores como el Copey (Clusia spp) o heridas de plantas; heces de animales, barro, pedacitos de corteza, raíces, hojas, tallos, etc. Estos nidos varían mucho entre las especies y pueden ser construidos en una gran cantidad de sitios (de hecho hay un grupo de abejas cleptoparásitas que no contruyen nido). Además, las hembras son las encargadas de colectar pólen que usan como alimento para sus crías.

Según cuentan nuestros abuelos estos curiosos insectos solían ser muy comunes hace unos 40 años, encontrándose incluso haciendo sus nidos en la ropa guardada o entre la madera misma de las casas. Sin embargo, hoy en día el panorama es diferente y el rápido avance de la destrucción de los bosques maduros están acabando con estas importantes abejas en toda su distribución geográfica, las cuales ocupan de bastas áreas con hábitats y especies apropiadas para su sobrevivencia.

Sorpresas en las Alturas

Desde niño, mi madre entre las incontables de enseñanzas que me ha dejado me inculcó uno de los pensamientos que más ha calado en mí: ‘’No poseemos nada más valioso que lo que está en nuestra cabeza’’. Todas nuestras memorias, pensamientos, reflexiones, vivencias, etc. son parte de nuestro tesoro de vida, nadie nos lo puede quitar y es allí donde radica nuestra riqueza y empieza nuestra libertad. En tiempos de materialismo y superficialidad, esta frase se ha vuelto un pilar en mi día a día.

Personalmente muchas de las memorias que más disfruto recordar han sido en la naturaleza y en este artículo quiero compartir algunas sorpresas que me he llevado este año durante caminatas específicamente en las partes altas de las montañas de Costa Rica.

  1. Un concentrado Quetzal
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Pharomachrus mocinno macho. Fotografía por Beltrán Lara.

Durante la pasada temporada de anidación del Quetzal Resplandeciente, estuve dándole seguimiento a algunos nidos que encontré cercanos al Parque Nacional Volcán Irazú haciendo visitas periódicas para aprender un poco más sobre su comportamientos e historia natural. Durante una mañana soleada de mayo, subí con mi mamá y mi novia a dicho sitio, a ver como iba el avance del nido y por supuesto para mostrarles estas aves tan curiosas.

Como de costumbre, me encontraba observando la dinámica de un nido con un solo pichón en un tronco en descomposición a unos 8 m sobre el suelo. Los padres iban y venían proveyendo de principalmente frutos y artrópodos a su cría.  De pronto, el Quetzal macho abre vuelo desde su percha a unos 10 m de altura para atrapar un abejón que pasó volando, lo que este amigo no sabía es que el abejón no iba a ser una presa tan fácil (¡Por dicha!). Al sentirse perseguido, el abejón comenzó a volar de manera errática y con giros abruptos a una altura cada vez menor, y por su lado el Quetzal lo perseguía sin quitarle el ojo de encima bajo ninguna circunstancia. En cuestión de posiblemente menos de 8 segundos de persecución, el Quetzal llegó hasta el suelo y atrapó el escarabajo pasando a menos de medio metro de nosotros. Para los que lo han vivido, esto me recordó cuando una bandada de aves va siguiendo hormigas arrieras en una especie de trance y algunos individuos hasta entre las piernas le pasan a uno, con la clara diferencia de que nunca en mi vida había visto tantos movimientos casi acrobáticos y juego de colores tornasoles en un Quetzal pasando tan cerca de mí.

  1. En busca de la Lechucita Parda
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Lechucita Parda (Aegolius ridwayi). Mi primera fotografía que tomé en el Parque Nacional Volcán Irazú.

También en mayo, tuve la grata oportunidad de acompañar al gran conocedor sobre aves neotropicales Ernesto Carman al Cerro de la Muerte como parte del interesante Proyecto Lechucita Parda/Unspotted Saw-whet Owl. Salimos de Ujarrás de Cartago antes de la media noche con dirección al sitio de muestreo de ‘’Ericka’’ una lechucita hembra que está siendo monitoreada mediante un radiotransmisor desde hace 3 meses. La noche estaba despejada y poco ventosa, la luna creciente ya estaba pronta a llenar y las ranas arborícolas Isthmohyla aportaban sus curiosas vocalizaciones al paisaje sonoro durante toda la madrugada.

Después de alrededor de 4 horas caminando sin parar en busca de la escurridiza Ericka, a eso de las 4:00 am fuimos recompensados con el mayor el espectáculo: ¡La encontramos comiéndose lo que posiblemente se trate de una Rata vespertina arborícola (Nyctomys sumichrasti)! Y sí. ¡Sí teníamos cámara! Este es posiblemente el primer registro de esta especie comiéndose una presa en su hábitat natural, y es gracias a los esfuerzos que realiza Ernesto y su equipo, que podemos ir poco a poco obteniendo nueva información científica sobre esta especie tan enigmática.

Como si fuera poco, después de captar en video esta gran escena apagamos los focos para dejar que la lechuza se marchara tranquila. Al quedar en total oscuridad nos dimos cuenta de que estábamos sentados frente a un árbol con varios hongos bioluminiscentes creciendo sobre su tronco. El fenómeno de la bioluminiscencia es definitivamente un tema para otro post completo en el futuro. Por el momento no puedo decir más que tuvimos una madrugada inmejorable.

El video completo lo pueden ver en este link https://www.youtube.com/watch?v=9-QQIrEetbE y les recomiendo seguir las noticias e informarse como pueden ayudar al proyecto Lechucita Parda por medio de sus redes sociales.

  1. ¿Un escarabajo zombi y musgo que camina?

A inicios de año me encontraba en Monteverde guiando un viaje con un grupo de naturalistas estadounidenses. Durante una típica mañana algo soleada y ventosa en la Reserva del Bosque Nuboso de Monteverde, estábamos de tour en búsqueda de principalmente flora y fauna endémica. Mientras yo estaba haciendo una explicación sobre una Drymonia que crecía a la orilla del sendero, vuelvo a ver que por poco había majado lo que se convertiría en uno de los puntos altos de la mañana ¡Un escarabajo con un hongo Cordyceps saliéndole de la cabeza!

Las esporas de estos »hongos asesinos» invaden el cuerpo del insecto induciéndolo a subir y sujetarse a una hoja o rama ubicada en una posición ventajosa para que, al desarrollar sus cuerpos fructíferos, las esporas puedan ser dispersadas nuevamente por el viento. Algo digno de una película de terror.

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Trychopeplus laciniatus hembra. Tomada recientemente en el Mariposario de Monteverde.

Unas semanas después, igualmente en Monteverde, pero esta vez con un grupo de amigos ingleses fuimos a un bosque cercano por una caminata nocturna rápida antes de la cena. Durante la caminata, las Lechucitas Serraneras (Megascops clarkii) se escuchaban con sus profundos silbidos a lo lejos y una ruidosa Martilla (Potos flavus) se encontraba buscando comida a lo alto de los árboles y mientras observábamos una ranita en una parte húmeda cercana al suelo, nos quedamos apreciando una masa de musgo húmedo que teníamos frente a nosotros, ¡Hasta que lo vimos caminar! ¿Cómo, que musgo que camina? Se trataba de nada más y nada menos que uno de los insectos que más quería conocer: El impresionante Trychopeplus laciniatus una especie de bicho palo que habita en los bosques nubosos y la hembra está eficientemente adaptada para mimetizarse con el abundante musgo que crece en estos bosques, alimentándose de plantas como las orquídeas Oncidium y helechos como Polypiodium.

Sin duda, para los que nos apasiona la naturaleza experiencias como estas son verdaderamente invaluables y quedarán siempre guardadas en un lugar especial.

¡Hasta la proxima!

Siembra Plantas, Cosecha Felicidad. Parte 5.

Después de algunos meses sin escribir en el blog estamos de vuelta con la quinta parte de la serie »Siembra Plantas, Cosecha Felicidad». Hace casi una semana que el exitoso evento mundial denominado Global Big Day promovido por el Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell se llevó a cabo, contando con una enorme participación de observadores de aves buscando reportar la mayor cantidad de especies en su región. En 24 horas muchísimos ticos logramos reportar 685 especies a nivel nacional ¡Todo un logro y un enorme aporte a la ciencia! Ahora bien, ¿Cómo podemos lograr un quorum tan grande de pajareros con el fin de sembrar más plantas en sus comunidades, en proyectos de rearborización, reforestación y restauración ecológica? ¡Recordemos que sin plantas no hay aves! Es algo de lo que podemos conversar 🙂 .

1. Aguacatillos (Lauraceae)

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Paloma piquirroja (Patagioenas flavirostris) en árbol de Persea caerulea. Fotografía por Jose Pablo Castillo.

A pesar de lo habitual que se nos hace referirnos a los Aguacatillos en el día a día, hablar sobre ellos en un solo escrito resulta algo difícil si pensamos que Costa Rica posee alrededor de 130 especies reconocidas de árboles de la familia Lauraceae conocidos con el nombre de Aguacatillo, Irá o Quizarrá (algunas muy comunes y otros con una distribución geográfica muy reducida).  Revisando catálogos que viveros forestales, he observado que ciertas especies como Persea caerulea Nectandra membranacea son más fáciles de encontrar en viveros alrededor del país, mientras que con otra gran cantidad, la recomendación es buscar semillas y reproducirlas, intercambiarlas entre amigos o incluso trasladar individuos bien desarrollados de un lugar cercano al sitio de nuestro interés (especialmente en zonas altas arriba de los 2000 msnm, dónde muchas son de muy lento crecimiento).

De manera general los Aguacatillos son  famosos por ser la comida predilecta de varias aves emblemáticas como el Quetzal (Pharomachrus mocinno), el Pájaro Campana (Procnias tricarunculatus), el Guácharo (Steatornis caripensis) y la Pava Negra (Chamaepetes unicolor), los cuales se alimentan de sus aceitosos frutos y regurgitan la semilla, convirtiéndose en sus dispersores naturales. Sin embargo, muchas especies de aguacatillos también son consumidas por Palomas, Tucanes, Titiras, Saltarines y hasta han habido reportes del poco común Ampelis Americano (Bombycilla cedrorum) ingiriendo sus frutos.  Sus flores son polinizadas por varios insectos y diferentes especies de mariposas las usan como plantas hospederas.

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Pájaro Campana (Procnias tricarunculatus). Macho. Fotografía por Felipe Miranda. Tomada del grupo de Facebook de la AOCR.

Es maravilloso observar el fenómeno de la migración altitudinal en especies como el Pájaro Campana, quien se mueve varios kilómetros de una altitud a otra principalmente en función de la fructificación de Aguacatillos en las Cordilleras de Guanacaste, Tilarán, Central y de Talamanca. En ese sentido, iniciativas claves como la formación del Corredor Biológico Pájaro Campana, extendido desde la parte alta de Monteverde (1800msnm) hasta la zona baja del Golfo de Nicoya (0 msnm), son sumamente importantes para la conservación de esta y muchas otras especies. Cabe rescatar que este proyecto cuenta con un exitoso programa de reforestación, investigación y educación, del que vale la pena informarse y hasta pedir asesoría.

 

2.  Papaya (Carica papaya)

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Tucancillo Collarejo (Pteroglossus torquatus). Fotografía por Nicoa Rios. Tomada del grupo de Facebook de la AOCR.

De origen Mesoamericano, esta conocidísima especie es una de las muchas plantas que ya habían sido domesticadas para consumo humano mucho antes de la llegada de los españoles y que actualmente podemos sembrar con múltiples propósitos: ornamental, para consumo propio y por supuesto para atraer muchísimas aves.  Este árbol puede alcanzar hasta los 8m de alto y puede sembrarse incluso en espacios muy reducidos a pleno sol o en sitios con una ligera sombra. Prefiere elevaciones bajas y medias en ambas vertientes y el Valle Central. Se reproduce por semilla.

Sus deliciosos frutos naranja al madurarse son visitados por Tucanes, Carpinteros, Tangaras, Pavas, Ictéridos, Eufónias, entre otros. Muchas personas suelen comprar y colocar pedazos de papaya en sus comederos para atraer pájaros, pero imaginen tener un árbol que además, posee unas lindas flores amarillas que varios insectos visitan. Recuerdo hace varios de años en El Cocal de Puntarenas cuando por primera vez conté 18 Caciques Veraneros (Icterus galbula) en un solo árbol junto a un »palo» de papaya cargado de frutos maduros. Curioso recordar que de manera muy ordenada cada uno de los individuos comía un poco de los frutos y daba paso al siguiente para comer, volviendo al árbol en el que todos se encontraban perchados.

3. Targuá (Croton draco)

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Perico Frentirrojo (Psittacara finschi). Fotografía por Yeral Jimenez. Tomada del grupo de Facebook de la AOCR.

Este característico árbol o arbusto, pionero, de rápido crecimiento puede alcanzar alturas entre 2-18m. Se distribuye en ambas vertientes y el Valle Central entre los 100-1700 msnm. Prefiere zonas abiertas con buen sol, siendo especial para potreros, parques, plazas y jardines. Además, cuenta con otra ventaja: es una especie fácil de conseguir en viveros forestales y se puede reproducir por esqueje.

Posee una serie de inflorescencias compuestas de pequeñas flores amarillentas dispuestas a lo largo de ramos muy largos que sobresalen del follaje compuesto por hojas grandes con forma acorazonada. Estas flores atraen un sinnúmero de insectos como mariposas, abejas y avispas, mientras que sus frutos son una buena fuente de alimento para Pericos (Psittacidae), Túrdidos, Calandrios (Pheucticus ludovicianus) e incluso reinitas como la Reinita Cabecidorada (Protonotaria citrea). 

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Euphonia capuchiceleste (Euphonia elegantissima). Macho. Fotografía por Jorge F. Corrales. Tomada del grupo de Facebook de la AOCR.

Algo muy interesante y que muchas personas en el campo saben bien, es que el Targuá es fácilmente parasitado por Matapalos (familias Lorantaceae y Santalaceae). Y sé lo que muchos están pensando: ¡Que feo que me maten el árbol! Pero los frutos de los matapalos constituyen una buena parte de la dieta de aves como algunas Tangaras, el Mosquerito Cejigrís (Zimmerius vilissimus) y las 12 especies de Euphonias (Fringilidae) que tenemos en Costa Rica, cumpliendo con un rol ecológico enorme.

Un ejemplo de la interesante red de interacciones en torno a los matapalos las explica el biólogo Jorge F. Corrales, quien a través de sus observaciones compartidas en el grupo de la Asociación Ornitológica de Costa Rica, ha determinado que el Targuá es uno de los hospederos principales del matapalo Phoradendron tonduzzi, y ha observado que la ocurrencia de este matapalo está estrechamente relacionada a la ocurrencia de la Euphonia Capuchiceleste (Euphonia elegantissima) una especie que realiza migraciones altitudinales en busca de frutos de matapalo, sugiriendo que esta ave es su principal dispersor.

¡Saludos a todos y felices siembras!

 

Siembra Plantas, Cosecha Felicidad. Parte 4.

Días atrás publiqué mi eco-propuesta de »meta de año nuevo» (ver Año Nuevo, Metas Nuevas). Por suerte, decenas de personas a través de las redes sociales ya han respondido al llamado y están comenzando a poner manos a la obra en la siembra de plantas nativas en sus casas, fincas y comunidades. Estoy emocionado de los posibles nuevos reportes de aves que serán atraídas a estos sitios más amigables, así como de las anécdotas que podremos escuchar de cada uno de los participantes.

Mientras tanto, para seguir aportando mi granito de arena les traigo una publicación más de la serie »Siembra Plantas, Cosecha Felicidad».

1. Balsa (Ochroma pyramidale)

Green-crowned Brilliant  (Heliodoxa jacula) en un Balsa. Fotografía por Gilberto De la Cruz.

Heliodoxa jacula sobre un fruto inmaduro de Balsa. Fotografía por Gilberto De la Cruz. Tomada de Grupo de la AOCR en Facebook.

Aunque muy conocido por su madera extremadamente ligera utilizada para la elaboración de maquetas, salvavidas, artesanías y balsas (de ahí el origen de su nombre común) este particular árbol de la familia Malvaceae es pariente del Ceibo barrigón (Pseudobombax septenatum) y el Panamá (Sterculia apetala), y tiene mucho más que ofrecer que una madera fácil de trabajar.

Esta especie pionera se distribuye naturalmente desde el Sur de México hasta Bolivia. En Costa Rica la podemos encontrar de los 0-1100 msnm en ambas vertientes y el Valle Central. Se caracteriza por sus grandes hojas acorazonadas con 3 nervios principales saliendo de la base, estípulas grandes, flores blancas, frutos alargados con semillas cubiertas de una lana blanca conocida como Kapok la cual les ayuda a ser dispersadas por el viento.

Por su condición de especie pionera, logra desarrollarse efectivamente en terrenos que podríamos considerar »poco aptos» como charrales, lotes baldíos, bordes de caminos, etc.  Su rápido crecimiento le permite alcanzar más de 25m de altura en poco tiempo y fructificar a los 3 o 4 años. Se puede reproducir por semilla, estaca y también es fácil de conseguir en viveros forestales.

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Ara macao alimentándose de flor de Balsa. Fotografía por Reinaldo Aguilar. Tomada de https://flic.kr/p/qP97vL

El nutritivo néctar albergado en su flores campanuladas puede llegar a ser muy abundante, sirviendo de alimento para una buena cantidad de mamíferos como martillas, olingos y diferentes especies de murciélagos nectarívoros, quienes son los responsables de su polinización. En el caso de las aves, las flores y el néctar es comido por Orioles, Carpinteros, Colibríes, Lapas, Urracas, Oropéndolas, Tangaras, entre otras. Muchas de ellas las he visto realizando huequitos muy cerca de la base de la flor para »robar» el néctar, mientras que otras se alimentan directamente de los pétalos. Por otro lado, sus semillas también son un alimento para otras aves como el Periquito Barbinaranja (Brotogeris jugularis) y Perico Frentirrojo (Psittacara finschi).

Los servicios de este magnífico árbol no se limitan a proveer de alimento, sus hojas secas y la lana que cubre las semillas es utilizada por varias aves de familias como Trochillidae, Rallidae, Ardeidae y Burhinidae para la construcción de sus nidos.

2. Copey o Azahar (Clusia rosea)

Si bien hay poco más de 30 especies conocidas de Clusia en Costa Rica ocupando casi todas las zonas de vida y bautizando con su nombre a algunos pueblos al rededor del país (p.e Copey de Dota), una de las especies que he visto más fácil de conseguir en ciertos viveros es C. rosea. Por esta razón esta es la especie que voy a describir en esta sección aclarando que, depende de la región en la que cada uno viva vale la pena investigar un poco más sobre cual(es) tipo(s) de Copey crecen cerca y así intentar reproducirlos en nuestros espacios.

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Flor Clusia rosea visitada por Abejas. Tomada de https://flic.kr/p/riZQCa

De manera general, los Copey son árboles o arbustos muy llamativos con hojas carnosas  y brillantes, simples, opuestas, sin estípulas y que al arrancarse liberan una secreción blanca o amarillenta. Naturalmente pueden germinar directamente en el suelo o de manera hemiepífita, lo que significa que al igual que muchas especies de Higuerones (Ficus spp), estos logran germinar sobre rocas u otros árboles, de manera tal que al crecer van desarrollando raíces aéreas que llegan hasta el suelo, y por competencia de recursos eventualmente pueden terminan ahogando el árbol »huésped».

Clusia rosea se distribuye desde los 0-1600 msnm especialmente sobre toda la vertiente pacífica y el Valle Central. Sus llamativas flores grandes atraen insectos como las bellísimas Abejas Euglosinas (Euglossa spp), las cuales, en una relación de mutuo beneficio, se encargan de polinizar la planta a cambio de las resinas producidas en las flores. Estas resinas son de especial importancia para la construcción de los nidos de estas abejas.

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Yigüirro (Turdus grayi).

Por otro lado, sus frutos pueden ser observados durante la mayor parte del año, siendo una fuente bastante estable de alimento para aves como Tangaras, Vireos, Eufonias, Carpinteros, Sinsontes, entre otros. Las aves, aprovechan el arilo (parte carnosa) del fruto y de paso son las responsables de dispersar sus semillas lejos del árbol madre. En mi caso que frecuento bastante San José centro, cuando me toca pasar por el boulevar al costado Este del Museo Nacional siempre me detengo a revisar el enorme Copey que da vida al jardín del museo, en donde he encontrado desde los tradicionales Yigüirros (Turdus grayi) rompiendo el estruendoso ruido de la ciudad con sus melifluas melodías al inicio de la época lluviosa, hasta hiperactivas Reinitas (Parulidae) escudriñando los rincones del árbol en busca de pequeños invertebrados.

3. Achiotiollo (Fuchsia paniculata)

Este magnífico arbusto está especialmente recomendado para los amigos que han preguntado sobre especies para atraer aves a sus jardines en elevaciones medias y altas. Se reconoce fácilmente por sus llamativas inflorescencias lilas y sus pequeños frutos púrpura presentes durante prácticamente todo el año. Se distribuye aproximadamente entre los 1300-3000 msnm siendo muy común a orillas de caminos y bordes de bosques. Su crecimiento es rápido y es fácil de reproducir.

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Carduelis xanthogastra comiendo frutos de Achiotillo. Fotografía por Giovanni Delgado. Tomada de Grupo de la AOCR en Facebook.

Durante las pajareadas a la zona del Cerro de la Muerte, dónde los Achiotillos son muy abundantes, no pueden faltar las bandadas de Tangaras de Monte (Chlorospingus), frecuentemente acompañadas de otras aves como los Saltones de Muslos amarillos (Pseliophorus tibialis) y las muy buscadas Tangaras vientricastañas (Tangara dowii) haciendo fiesta con gran cantidad de bayas disponibles. De la misma manera, hay que estar pendiente de la visita de algún diminuto colibrí Chispita (Selasphorus) introduciendo su corto y fino pico en pequeñas flores alargadas para libar su néctar.

Espero que al lado de la naturaleza, este 2018 nos traiga nuevas experiencias y mucho aprendizaje que nos transformen en individuos más conscientes y activos. Nuestro planeta cada vez más está ocupando de personas que le demos una mano en su batalla a favor de su conservación.

¡Saludos cordiales y buenas siembras!

Año Nuevo, Metas Nuevas.

Hola estimados amigos y amigas lectoras, aprovecho este primer post del año para desearles un 2018 lleno de aprendizaje y crecimiento. Es justo durante estas fechas (a finales e inicio de año) cuando la mayoría de nosotros aprovechamos para sentarnos a pensar y proponernos metas personales y familiares. ¡Hoy les vengo a proponer un proyecto en el que podemos trabajar individual, familiar o comunalmente!

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Mi sobrina aprendiendo sobre el Momotus lessonii.

Durante este 2018 les propongo sembrar y dar mantenimiento a plantas nativas en su jardín, patio, acera, cuadra, parque o pedazo de tierra que tengan a disposición, y monitorear las aves (o cualquier grupo de animales que más les gusten) que mes a mes comienzan a llegar a las plantas que van sembrando. ¿Sencillo, no? Este ejercicio -a parte de una gran terapia anti-estrés- sin ninguna duda nos permitirá aprender muchísimo sobre la identificación de nuevas especies que habitan nuestras comunidades, interacciones entre animales y plantas, cuidados, procesos y ciclos biológicos, y cosecharemos una inmensa cantidad de buenos momentos en familia y amigos. Además, permite incluir de manera significativa a niños en un proceso de aprendizaje que les hará entender la gran importancia de cuidar la naturaleza.

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White-winged Tanager (Piranga leucoptera) macho. Río Macho, Cartago.

Me encantaría tener noticias sobre quiénes quieren poner en práctica este ejercicio y creo que varios grupos como el de la Asociación Ornitológica de Costa Rica (grupo en Facebook), o los comentarios en este blog,  son espacios que podemos aprovechar para compartir experiencias, plantear dudas y ayudarnos mutuamente.

En unos días seguiré con la cuarta parte de las publicaciones llamadas Siembra Plantas, Cosecha felicidad.

¡Construyamos lugares más amigables para las aves!

Saludos cordiales y felices siembras.

 

El Arte de Volar

»¡Oh plumas destinadas
no al árbol, ni a la hierba, ni al
combate,
ni a la atroz superficie,
ni al taller sudoroso,
sino a la dirección y a la conquista
de un fruto transparente!» Pablo Neruda

La Evolución es un fenómeno con resultados impresionantes. En alrededor de 3.600 millones de años de vida sobre la Tierra, el Universo ha desarrollado una inmensa cantidad de organismos con características variadas  que a los humanos nos ha llenado de curiosidad y asombro por generaciones. Volar, tal y como el reconocido poeta Pablo Neruda nos expresa con gracia en su poema El Vuelo, es posiblemente una cualidad con la que todos hemos soñado alcanzar, relacionándola con un sentimiento de libertad, de lograr metas, de romper barreras, siendo incluso un símbolo de utopía y esperanza…

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Bandada de Vencejón Collarejo (Streptoprocne zonaris). Fotografía por Jose Pablo Castillo.

Si bien las aves no son los únicos animales con capacidad de volar (los insectos ya habían conquistado los aires muchísimo tiempo antes de que el primer ave existiese) e incluso hay algunas especies que no vuelan, convencionalmente estos animales actúan como responsables de generar en nosotros ese deseo de ultrapasar las fronteras terrestres y permitirnos tener otra perspectiva del mundo. Personalmente, los vencejos son los que  más me despiertan esta sensación.

Recientemente, durante diferentes visitas a variados lugares de Costa Rica he podido conocer nuevas especies de aves y aprender un poco más sobre su interesante historia natural. Muchas de las especies que conocí presentan variadas particularidades relacionadas al vuelo.

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Elanio Colinegro (Ictinia mississippiensis). Fotografía por Robert Nunnally. Tomada de https://flic.kr/p/Yq9Qtv

A inicios de setiembre con el objetivo de participar del Conteo de Reinita Cerúlea (Setophaga cerulea), me encontraba en un fin de semana pajarero por el Caribe con mis dos amigos Marco Umaña y Guillermo Saborío pasando por lugares como Quebrada González, donde todos conocimos el Saltarín Coroniblanco (Dixiphia pipra), tuvimos un encuentro muy cercano con un macho de Pájaro Sombrilla (Cephalopterus glabricollis) en los senderos del Teleférico del Caribe y logré avistar una pareja de Tangaras de Monte Gargantigrís (Chlorospingus canigularis) en un bosquecito cercano a la Reserva Las Brisas.

Para dicha nuestra, esa época coincidía con el paso de las impresionantes agrupaciones de rapaces, en este caso de cientos de Elanios (Ictinia missippippiensis e Ictinia plumbea) que diferencia de la mayoría de aves,  migran durante el día  aprovechando las corrientes termales de aire para movilizarse masivamente hacia Suramérica (Ver video acá: https://flic.kr/p/XbDdQP). Generalmente, los rapaces tienden a evitar viajes sobre aguas abiertas ya que las corrientes termales no son tan bien desarrolladas como en tierra firme. Estoy seguro que este espectáculo no será olvidado por ninguno de nosotros.

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Tiñosa Común (Anous stolidus). Fotografía por Jose Pablo Castillo.

A mediados de Octubre, durante un viaje relámpago a la comunidad de Cabuya en la Península de Nicoya, gracias a la invitación de Wilfredo »Pollo» Villalobos y Jorge Zúñiga, tuve la oportunidad de realizar mi primer avistamiento de aves pelágicas. Aquí conocí muchísimas especies como el Piquero Patiazul (Sula nebouxii), el Rabijunco Piquirrojo (Phaethon aethereus), el Paiño Danzarín (Oceanodroma tethys) y la  Tiñosa Común (Anous stolidus). Desde el inicio, la observación de aves en aguas abiertas representa un desafío completamente diferente para los que estamos acostumbrados a la tierra. El balanceo constante del bote y el juego de luces reflejadas por el sol no hacen nada fácil lograr las observaciones minuciosas del tipo de vuelo, tamaño relativo y detalles muy finos a larga distancia que son claves en la identificación de estas aves tan complicadas, por lo que este viaje fue todo un aprendizaje de pies a cabeza.

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Charrán Viajero (Sterna paradisaea). Fotografía por Jose Pablo Castillo

Sin duda, el hallazgo del día fue famoso Charrán Viajero (Sterna paradisaea). Este individuo con plumaje de primer año, a pesar de la gran emoción por parte de nosotros, fue encontrado moribundo sobre el agua posiblemente afectado por las fuertes tormentas ocurridas días antes en toda nuestra región. Fue recogido para que se secara a la sombra dentro del bote y se le puso a disposición un recipiente con agua que no quiso beber (Es importante aclarar que nunca se le dió agua). Lastimosamente en poco más de 1 hora, el animal falleció.

Esta especie de charrán pequeño se destaca por realizar migraciones sumamente largas desde sus sitios de anidación en el Ártico hasta el Antártico recorriendo anualmente hasta 40.000 km. ¡Es por esto que posee el récord de la mayor distancia recorrida por cualquier ave en el mundo! Sin embargo, migrar es un proceso sumamente extenuante y lleno de posibles adversidades y complicaciones, llevando a que muchos individuos como este juvenil que encontramos no logren sobrevivir.

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Reinita castaña (Setophaga castanea). Fotografía por Jose Pablo Castillo.

Recientemente, a mediados de Noviembre iba pasando por Cedros de Montes de Oca mientras realizaba unos »mandados» y me detuve para observar unas ramas de varios árboles recién podados y apiladas en un parque urbano en el Residencial Cedral. Mi intención era ver si habían Reinitas castañas (Setophaga castanea) aprovechando el recurso disponible debido a que este año han pasado muchos más individuos por el Valle Central que de costumbre. Para sorpresa mía terminé encontrándome con otra especie de reinita migratoria que por mucho tiempo tuve ganas de conocer: La Reinita Rayada (Setophaga striata), una especie que su plumaje de invierno es muy similar a la Castaña pero el color anaranjadizo de sus patas la delatan.

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Reinita Rayada (Setophaga striata). Fotografía por Eddy Chacón

Este animalito de tan solo 13 gramos al igual que el Charrán Viajero es otro reconocido »maratonista» por naturaleza. Durante sus migraciones anuales desde los bosques boreales en Canadá hasta las Antillas y el norte de Suramérica, realiza un impresionante viaje sin parar sobre el Océano Atlántico por hasta 3 días cubriendo unos 2900 km de distancia. Hasta la fecha no se ha encontrado otro Passeriforme que alcance tal récord y para lograrlo debe almacenar suficiente energía doblando su peso corporal y aprovechar corrientes de vientos que le ayuden a impulsarse y alcanzar mayores velocidades gastando menos energía.

Al igual que estas curiosas aves se han adaptado anatómica, fisiológica y etológicamente para volar largas distancias y de maneras muy variadas, nosotros desde abajo podemos seguir inspirándonos en ellas para crecer y »volar» mediante el conocimiento, la ciencia, las artes, la ética y el apoyo mutuo, buscando ser mejores individuos que ayuden construir una mejor colectividad.

¡Hasta la próxima!

La Maravillosa Migración de Aves

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Solitary Sandpiper (Tringa solitaria), San Miguel de Turrucares.

Con gran alegría, hace unos días comencé a observar algunas de las primeras aves migratorias de esta temporada. Todos los años me emociono pensando en cual será la primera especie que reportaré, dónde y cuándo será. Pues este año tocó más rápido de lo que creí, ya que junto a mis amigos Eddy Chacón y Guillermo Saborío reportamos una Summer Tanager (Piranga rubra) la primera semana de agosto en Turrubares, muy cerca de ahí un par de semanas después ya habían llegado algunos Correlimos como Western Sandpipers (Calidris mauri) y Solitary Sandpipers (Tringa solitaria). Conforme pasan los días más especies se van agregando a esta lista en todo el país.  Emocionante, ¿no? Y esto se vuelve aún más interesante cuando comenzamos a entender un poco más a fondo este maravilloso espectaculo natural denominado Migración.

Si bien hay muchísimo de qué hablar sobre este tema, en este artículo pretendo explicar en escencia algunas cuestiones claves respecto a la migración de larga distancia en las aves (desde Norteamérica hasta Centro y Suramérica), buscando responder algunas incógnitas recurrentes que todos en algún momento nos hemos hecho. Como siempre, espero que este aporte sea de provecho para todos los leyentes y nos ayude a disfrutar aún más de este lindo acontecimiento.

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Colipato Verde (Urania fulgens). Una mariposa que realiza migraciones masivas. Fotografía por Eduardo Mena. Tomada de https://flic.kr/p/Wksc2h

Los movimientos migratorios de animales, desde pequeños insectos hasta grandes y pesados mamíferos terrestres y acuáticos, han despertado un sentido de curiosidad y asombro a los seres humanos desde tiempos antiguos. ¡Casi que lo traemos en la sangre! Las más bellas danzas, poemas, esculturas, relatos, historias e infinidad productos del intelecto humano han nacido gracias a este fenómeno natural que de manera regular se vive al rededor del mundo. En América Central, por siglos las aves migratorias han sido esa musa inspiradora que muchos de nuestros ancestros admiraban año tras año.

En el caso de Costa Rica, un país con un biodiversidad enorme, solo en aves se tienen reportadas actualmente 918 especies (Lista Oficial de Aves de Costa Rica, 2017), de las cuales aproximadamente 230 se sabe que realizan movimientos migratorios de largas distancias.

¿Por qué las aves migran?

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Blue-winged Teal (Spatula discors), Northern Shoveler (S. clypeata) y Northern Pintail (S. acuta). Fotografía por Bob Pruner. Tomada de https://flic.kr/p/U8eVSA

En síntesis, las aves norteamericanas migran principalmente debido a dos razones: Alimento y Sitios de Anidación. Al acercarce el invierno en el hemisferio norte, las aves van percibiendo cambios en el ambiente: Los días se van volviendo cada vez más cortos y fríos, y el alimento disponible se vuelve más escazo, obligando a miles de aves a migrar a lugares con mayor recurso alimenticio. Por lo general tendemos a inferir que escapar del frío invernal es la razón principal que hace que las aves realicen estos viajes de miles de kilómetros, sin embargo, no es el frío como tal lo que los aleja (ya que hay muchísimas aves que incluso soportan estar a bajísimas temperaturas), y sí el efecto de este sobre los alimentos de las aves como por ejemplo los insectos.

Tras pasar varios meses en América Central y Sur, para la llegada de la primavera estos millones de individuos comienzan su viaje de regreso al Norte donde saben que encontrán plantas creciendo y floreciendo nuevamente, una exploción en las poblaciones insectos, lagos descongelados albergando peces y abundantes sitios para anidar e iniciar su época reproductiva.

¿Cómo saben cuándo y hacia donde ir?

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Rutas migratorias de aves. Fuente desconocida. Imagen tomada de: http://imgarcade.com/north-american-bird-migration.html

Si bien aún hay muchas interrogantes, es posible que se pueda explicar con una de las teorías más aceptadas respecto a la evolución de la migración. Esta indica que la migración de largas distancias surgió de manera gradual a partir de cortos movimientos anuales en busca de mejores recursos para la sobrevivencia de las aves. En ese sentido los individuos que se vieron beneficiados con tales movimientos, pasaron esta información a sus descendientes los cuales a través de miles de años han expandido y establecido rutas posiblemente de acuerdo a sus necesidades y características.

¡Resulta increíble y cautivante saber que las aves realizan todos los años estos viajes de incluso varios miles de kilómetros usando con frecuencia las mismas rutas de manera precisa, y que incluso individuos durante su primer año de manera instintiva sepan dónde dirigirse durante el invierno y cómo volver a su sitio de nacimiento! Cómo lo logran aún no se sabe con certeza, sin embargo, se conoce que utilizan el sol, las estrellas, hitos geográficos e incluso en algunos casos el olfato. Además, se ha estudiado la capacidad que tienen muchos grupos de percibir los campos magnéticos de la Tierra y usarlo para su ubicación.

¿Cómo lo logran y qué amenzas encuentran de camino?

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Cerulean Warbler (Setophaga cerulea). Fotografía por DJ McNeil. Tomada de https://flic.kr/p/QrEyAd

Las aves migratorias están altamente adaptadas anatómica y fisiológicamente para cumplir estos largos viajes ida y vuelta.  Esto no evita que muchas no den la talla y mueran durante el proceso de manera natural ya sea por el mal tiempo o depredadores naturales (Selección Natural). No obstante,  actualmente los cambios colosales que el ser humano ha causado al ambiente hace de la migración un proceso sumamente duro para las aves. Por ejemplo, durante este recorrido, estos animales necesitan de sitios de descanzo y con recurso suficiente para reponer energía pero, ¿Qué pasa si el bosque, humedal o campo abierto que por generaciones ha sido usado con este fin es ahora un monocultivo de piña o una urbanización?

Por otro lado, la infraestructura como tendidos eléctricos, edificios altos, ventanas (¿Cómo evitar que las aves golpeen contra ventanas?), el excesivo alumbrado nocturno en grandes ciudades, la cacería, así como los animales domésticos como gatos y perros son una amenaza enorme para las aves (no solo las migratorias).

¿Qué podemos hacer para ayudarlas?

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Método de cuerdas para evitar que aves choquen con ventanas en el PN Tapantí. Fotografía por Mahyar Shirazinia.

Hay muchísimo por hacer y todos podemos colaborar. Primeramente, es importante informarnos y tomar acciones en favor de la conservación de espacios naturales como bosques y humedales, así como en proyectos de rearborización de parques urbanos, mejorar nuestras prácticas agrícolas, evitar que nuestras mascotas cacen fauna silvestre, solidarizarnos con proyectos científicos que permitan generar más información sobre este tema como el Conteo Anual de Setophaga cerulea y el Conteo Nacional de Correlimos, entre muchos otros. Esta lista de cosas por hacer puede continuar aún más.

Pensemos globalmente y actuemos localmente.

¡Saludos cordiales y felices pajareadas!

 

¡Siembra Plantas y Cosecha Felicidad!: Plantas que Atraen Aves. Parte 3

»Mira profundamente dentro de la naturaleza, y entonces comprenderás todo mejor.» Albert Einstein

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Paisaje en Monserrat de Coronado.

Todos tenemos uno o varios sitios especiales. Para mí son los bosques. Sin ninguna pena puedo afirmar que son como mis templos. Quienes me conocen y he tenido la oportunidad de conversar, saben que caminando resuelvo mis problemas internos, organizo mis ideas y encuentro la inspiración necesaria para seguir día a día aprendiendo, descubriendo y dándole sentido a mi vida. Pienso que de alguna manera todos buscamos espacios naturales para despejar nuestra mente del trajín diario ya sea durante nuestras vacaciones, fines de semana, etc.

Para los que vivimos en sitios urbanizados, no tengo duda que a través del arbolado urbano (en plazas, parques, jardines, orillas de caminos, entre otros) nuestras ciudades y pueblos pueden convertirse en lugares no solo más amigables para la fauna silvestre,  ¡Para sus habitantes humanos también! No sé si alguno de ustedes que está leyendo esto ahora, le ha pasado que en medio de la ciudad un impresionante árbol les ilumina la vista y rompe con la monotonía del paisaje… Pues a mí sí, y cada vez más veces me siento como que ese árbol, arbusto o enredadera amablemente me saluda como diciendo: »Esoooo» como en muchos pueblos rurales de nuestro país, contagiándome de alegría.

Al sembrar plantas hacemos nuestros espacios más diversos, más alegres, más interesantes y amenos para los humanos y animales silvestres.

1. Ortiga (Urera spp.)

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Jilguero (Myadestes melanops) en Urera verrucosa.

Las reconocidas ortigas son plantas que aunque posean estructuras que como su nombre lo indica son bastante urticantes y dolorosas cuando las tocamos, son sumamente apetecidas por aves muy llamativas y sin duda una opción muy recomendada para nuestros jardines de aves (Simplemente informemos a los visitantes de no tocar dicha planta 😉 ). En Costa Rica se conocen 9 especies de Urera, las cuales son fáciles de encontrar de áreas abiertas, perturbadas, bosques secundarios y ribereños entre los 0-2600 msnm.

Por algún tiempo he venido documentando las aves que logro observar comiendo de sus llamativos frutos con coloraciones rojas, naranjas o moradas (dependiendo de la especie) algunas de ellas son el Yigüirro collarejo (Turdus assimilis), Jilguero (Myadestes melanops), Rualdo (Chlorophonia callophrys), Barbudo Cabecirrojo (Eubucco bourcierii), Cocora (Semnornis frantzii), Sinsontes (Saltator spp.) Tangaras (Tangara spp.), entre otros. Incluso este año pude observar hasta un macho de Quetzal (Pharomacrus moccino) bajando a los estratos bajos del bosque y arrancar algunos frutos de U. verrucosa, en las zonas altas de la Zona Protectora Río Tiribí.

2. Guacamayo (Bocconia frutescens)

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Bocconia frutescens a la orilla de una quebrada en Cedros, Montes de Oca.

Este arbusto de la familia Papaveraceae mide hasta aproximadamente 5-8 m de alto y posee una amplia distribución alrededor de nuestro país. Sus características hojas grandes y lobuladas siempre me han recordado a la famosa planta »Fruta de Pan», una planta que se cree originaria de la zona de Nueva Guinea e introducida a Costa Rica por inmigrantes jamaicanos posiblemente entre finales del siglo XVIII e inicios del siglo XIX, la cual actualmente es muy cultivada en el Caribe costarricense como fuente de alimento y planta ornamental. A pesar de su parecido a simple vista, no debemos confundirlas.

El Guacamayo presenta una buena cantidad de flores blancas dispuestas en racimos que atraen variados grupos de abejas y otros insectos, que a su vez representan un banquete para aves insectívoras. Además, los abundantes frutos de color azulados son una buena fuente de alimento para aves omnívoras y frugívoras. Para nuestra alegría, esta es una planta de fácil crecimiento ideal para jardines, orillas de caminos, potreros, parques y áreas en regeneración. Prefiere crecer en campos abiertos, sin embargo, no tiene problema de ser sembrado en sombra con luz indirecta. Se reproduce por semillas que pueden ser colectadas fácilmente en muchos sitios del país entre los 50-3200 msnm, tanto en la vertiente Pacífico como Caribe.

3. Muñeco (Cordia eriostigma)

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Tangara Veranera (Piranga rubra). Fotografía por Wilfredo Villalobos de Cabuya Birdwatching.

Este magnífico y lastimosamente poco conocido árbol de 10-15 m de altura se distribuye especialmente en los bosques húmedos de la vertiente Pacífica entre los 0-1700msnm. Este es un árbol al que le tengo gran aprecio ya que cuando empecé a pajarear muchas de las aves que observé por primera vez las encontraba perchadas o comiendo en algunos de los Muñecos que hay cerca de Sabanilla en el Campus de la UCR, las Instalaciones Deportivas, el Parque de Sabanilla e incluso en el cajero del banco frente a la UNED. Algunas de las aves que recuerdo haber conocido en estos árboles son la Tangara Veranera (Piranga rubra), la Lechuza Estriada (Pseudoscops clamator), el Cacique Veranero (Icterus galbula) y el Gavilán Colicorto (Buteo brachyurus), los cuales ya sea por sus colores o impresionate tamaño y forma nunca dejan de sorprenderme.

A la distancia este árbol se reconoce fácilmente por su copa claramente estratificada, la cual durante la época seca se cubre de miles de flores pequeñas, blancas y con un agradable aroma. Sus frutos cuando maduran toman una coloración naranja-rojiza muy llamativa para aves residentes y migratorias. Esta especie es posible encontrarla en viveros o reproducirla por medio de semillas. Recomiendo sembrarlo en sitios con buen espacio ya que sus raíces pueden deformar aceras o estructuras.

Una reflexión final…

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Paisaje en el Parque Nacional Chirripó.

Los bosques tropicales como los que tenemos el placer y honor de que nos rodeen aquí en Costa Rica, son como diría el Dr. Alexander Skutch »la máxima expresión del poder creativo de la naturaleza», si bien, hemos acabado con gran parte de ellos por nuestra terrible relación basada en el poco entendimiento que tenemos sobre ellos, aún podemos hacer mucho por rescatar la salud del ambiente en nuestro país: Cambiemos nuestros hábitos de consumo, redefinamos nuestras necesidades, involucrémonos en nuestros gobiernos locales y grupos comunales, apoyemos iniciativas de voluntariado a través de universidades, ONG y cientos de grupos independientes convencidos de que en el futuro las siguientes generaciones podrán conocer, apreciar y estudiar la infinita belleza de los bosques y los ecosistemas no solo de Costa Rica, sino del mundo.

¡Saludos y buenas siembras!